martes, 12 de junio de 2012

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  • Tengo derecho pero tengo k sabe actuar y respetarme
    Qué no te digan que no te cuenten...
    Si pides permiso seguro te van a decir que no, así que más vale que te vayas por la libre, eso sí, con responsabilidad.
    Y si te reclaman o quieren hacerte sentir culpable, ojo, que no te mareen. Aquí te van los 13 derechos sexuales de las y los jóvenes.
    1. Yo decido libremente
    sobre mi cuerpo y mi sexualidad

    Tienes derecho a que se respeten las decisiones que tomes sobre tu cuerpo y tu sexualidad. Así que ya sabes, no tienes que desterrar las blusas cortas sólo para ocultarle a tu madre el piercingque te acabas de poner en el ombligo.
    2. Tengo derecho a ejercer
    y disfrutar plenamente mi vida sexual

    Puedes vivir cualquier experiencia sexual o erótica que te dé la gana, siempre que sea lícita. Nadie puede inducirte al remordimiento sólo porque te gusta hacer “cochinadas “en la cama. Claro, la persona en cuestión debe estar de acuerdo en hacer contigo todo eso que ya te estás imaginando, sin poner en riesgo tu salud o tu integridad.
    3. Puedo manifestar públicamente
    mis afectos

    ¿Por qué si tu vecina puede andar por la calle besuqueando a su mini perro, tú no puedes abrazar y besar a tu pareja en un parque? ¿Sólo porque los dos son hombres? La libertad de expresión incluye la libre manifestación de la personalidad y de los afectos.
    4. Sólo yo puedo decidir con quién compartir mi vida y mi sexualidad
    Aunque tus padres crean que cualquier hijo de ingeniero es el mejor prospecto, si a ti no te late el tipo, no pueden obligarte a andar con él. No te dejes convencer con el clásico “yo sé lo que te conviene, mijita”. Sólo a ti te toca elegir a tu adorable verdugo.
    5. Todos deben respetar mi intimidad
    y mi vida privada

    Si tu mamá es de las que esculcan en los cajones para ver si te encuentra condones o mota, entonces debes saber que tus espacios y pertenencias son parte de tu identidad y provecía. Lo mismo aplica en el caso de que te cache hojeando las revistas porno que guardas debajo del colchón o acariciando la tanga de tu ex novia que escondes al fondo del cajón de los calcetines.
    6. Tengo derecho a vivir libre de violencia sexual
    A madrazos nada, salvo que seas masoquista.
    Así sea el tipo que levantaste del antro anoche, el amor de tu vida o tu jefe directo, si sientes que te acosa, presiona o te exige hacer cosas que a ti no te laten, eso es violencia sexual y es un delito.
    7. Mi derecho a la libertad reproductiva
    Si quieres tener seis hijos, porque cuando eras niño te sentías muy solo por ser hijo único, chido, estás ejerciendo tu derecho a decidir sobre tu vida reproductiva; nomás
    te falta que encuentres a la aventada. Pero si no quieres cambiar pañales nunca y eso de “clonarte” en un crío con tu mismo nombre no va contigo, ni el piadoso Abascal puede impedir que tus espermatozoides se pierdan en el
    8. Debemos tener igualdad de oportunidades y equidad
    Salvo en algunos antros, donde ellas entran gratis, en todo lo demás hombres y mujeres debemos tener las mismas oportunidades. Equidad quiere decir, entre otras muchas cosas, que a la hora del faje lo que menos importa es quien saca el condón primero.
    9. Tengo derecho a vivir libre de toda discriminación
    Chaparros, morenas, gais, maketos, cholos, rastafaris, lesbianas, hinduistas, presbiterianos, manudos, pelones, eunucos, diferentes, diversos, anversos, invertidos, nadie puede discriminarte. Y eso está en la Constitución y en el Defe es un delito.
    10. Debo tener acceso a información completa, científica y laica sobre la sexualidad
    Eso de que si a los chavos les muestran un condón se van a poner bien calientes es una jalada que inventó Pro Vida para espantar pendejos. Tú debes saber todo lo que necesites saber, con claridad para que entiendas y tomes decisiones sin prejuicios. Desconfía de los que le dicen “pirrín” al pene o “preservativo” al condón.
    11. Tengo derecho a una educación sexual
    Tienes derecho a una formación, desde chavito o chavita, que te enseñe todo lo que haya que saber sobre sexualidad. Nada de esperar a que estés “en edad de saber ciertas cosas”, porque las ganas te van a llegar mucho antes de lo que los adultos imaginan.
    12. Tengo derecho a los servicios de salud sexual y a la salud reproductiva
    Tienes derecho a que te den condones y la píldora del día siguiente en los centros de salud, sin que te exijan un permiso de tus padres. Los médicos y enfermeras tienen la obligación de darte información sobre métodos anticonceptivos sin que nadie más se entere y si te los niegan puedes demandarlos por discriminación.
    13. Puedo participar en las políticas públicas sobre sexualidad
    Algunas políticas o programas educativos, recreativos o de salud que aprueban los funcionarios públicos pueden afectar tus intereses o tu salud.
    Por lo mismo, tienes derecho a conocerlos, a opinar sobre ellos y, si no te laten, a proponer cambios o nuevos programas. Ninguna autoridad o servidor
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